Casa familiar en la ciudad de Pinamar, construida sobre un médano natural, la topografía fue el eje central del proyecto. Se propuso una implantación respetando y adaptándose de manera orgánica al entorno. Se construyó en la planta alta un volumen macizo y negando las vistas hacia el frente para que todas las visuales desde el interior de la casa se dirijan hacia el bosque del fondo. Es destacable la distribución poco común que tenemos en este caso, en el primer piso tenemos el living, la cocina, el comedor diario, un toilette y un balcón terraza con parrilla, mientras que en la planta baja, casi invisible desde la fachada, se encuentran semienterrados en el medano, los dormitorios con una expansión y vistas al bosque del fondo.

La materialidad utilizada responde a la lógica del respeto del entorno, con materiales orgánicos como la madera, la piedra y colores térreos. Con esto sumado a su implantación se logra una integración armónica de la casa con su terreno y no está simplemente “apoyada”,  logra disminuir el impacto visual en un lugar donde definitivamente, la prioridad la tiene el entorno natural.